El Ayuntamiento de Castelló asumiría el coste de los cuatro guardaespaldas, que ronda los 120.00 euros al año
Veinticuatro años como concejal en el Ayuntamiento de Castelló parece que no son suficientes para Carlos Fabra. Su despedida de la política activa en este mandato, anunciada por él mismo en repetidas ocasiones, puede volver a quedar en papel mojado. Fabra se ha propuesto continuar en la corporación municipal como concejal no electo, una decisión que desagrada a parte del grupo popular. Su entorno alega motivos de seguridad, ya que de esta manera el consistorio asumiría el coste de sus guardaespaldas. Ahora dispone de cuatro escoltas (todos ellos integrantes de la Policía Local) y el gasto, que ronda los 120.000 euros al año, corre a cargo de la diputación, que en breve abandonará.
El portavoz del grupo popular, Miguel Ángel Mulet, admitió ayer, al finalizar la primera junta municipal de portavoces, que el alcalde, Alberto Fabra, que hace cuatro meses rechazó su inclusión en la candidatura del PP local, estudia incorporar de nuevo a Carlos Fabra a la corporación, de la que se despidió este fin de semana, como regidor no electo. La Ley de Grandes Ciudades permite la elección de hasta tres ediles no electos (sin derecho a voto). El equipo de gobierno dispuso de uno (José Masip) de 2007 a 2011 y en este mandato plantea contar con dos: con Carlos Fabra y con el ya aprobado José Masip. El nombramiento de Masip podría formalizarse en la Junta de Gobierno Local de este miércoles y el de Fabra sería más adelante, aunque el portavoz del PP y el alcalde puntualizaron que la posible entrada de Fabra no está todavía cerrada. Y es que el primer edil quiere comprobar la repercusión del retorno de Fabra, que parece que no concita el consenso de todo el grupo popular, antes de tomar una decisión definitiva. Mulet adujo que se valora la experiencia del aún presidente en funciones de la diputación, subrayó que carecería de remuneración económica y destacó que su cometido se centraría en labores de asesoría de algún área concreta. El portavoz del PP eludió confirmar si el ayuntamiento pagaría su servicio de seguridad, la razón que, según fuentes municipales, explicaría su vuelta al ayuntamiento. En principio, Fabra barajó que el PP se hiciera cargo de sus escoltas.
El también presidente del PP provincial, que volverá a la secretaría general de la Cámara de Comercio, donde mantendrá un sueldo de 90.000 euros al año más coche y chófer, podría conseguir el objetivo que viene persiguiendo en vano desde hace medio año como es su permanencia en el consistorio como regidor raso. Ya presionó sin éxito hace cuatro meses para ser incluido en la lista municipal del PP de Castelló. Asimismo, fuentes del PP añadieron en ese momento que detrás de esta petición se encontraba la mano de su entorno, receloso de los aires de renovación que se prevén en la diputación con la llegada de Javier Moliner y en el PP de Castelló.
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