LA ENSALADA EUROPEA
Para mí, Europa es como una ensalada, en ella tenemos lechugas (por ejemplo: los alemanes), tomates (por ejemplo: los franceses), olivas (por ejemplo: los españoles), zanahorias (por ejemplo: los ingleses), pepinos (por ejemplo: los italianos), canónigos (por ejemplo: los belgas), atún (por ejemplo: los de Países Bajos), aceite (por ejemplo: los de Luxemburgo), vinagre (por ejemplo: los húngaros), cebolla (por ejemplo: los polacos), pepinillos (por ejemplo: los austriacos), etc.
Este ejemplo culinario, me sirve para explicar mi idea de Europa como comunidad. Así, Europa, como comunidad es una ensalada, un plato en el que cabemos todos los ingredientes (los distintos países acogidos en la “Unión Europea”), y como conjunto formamos un plato único, con sus propias características y su propia definición. Pero esto no resta, que a su vez, cada país tiene su propio sabor (como ingrediente individual), sus propias características, que le dotan de individuo único.
Y lo más importante de todo, no es un plato cerrado, podemos ir incorporándole nuevos ingrediente en el futuro, ¿qué plato hay más variado y plural que una ensalada?
¿Y porqué unir todos estos ingredientes en un mismo plato? Muy sencillo.
Por intereses comunes, pero no intereses comunes meramente económicos, que también por supuesto, sino por más motivos históricos.
Como por ejemplo el aunamiento de políticas, necesitamos estar unidos como una buena comunidad de vecinos, para poder ayudarnos los unos a los otros. Si al vecino del tercero le sale una gotera en su casa, pondremos un poquito de nuestra parte, si a él no le llega el presupuesto para taparla.
Este aunamiento político, llega también tras un bagaje histórico, tras el cual, y tras millones de muertos causados por la Primera y Segunda Guerra Mundial, había una necesidad de mantener la paz y mantenernos unidos en esa protección. Existen unos valores “base” sobre los que se asienta la “Unión Europea” que son tolerancia, humanitarismo y fraternidad.
A lo largo de la historia, Europa ha perfeccionado sus valores de forma constructiva, ha buscado una validez general de derechos fundamentales humanos y del estado constitucional.
Así, Europa, tras pasar épocas de nacionalismos desmedidos, imperialismos y totalitarismos, ha sido pionera en hacer de la libertad, el derecho y la democracia, el principio de sus relaciones internacionales.
Pero para que la “Unión Europea” sea más que un simple formulismo burocrático, esta democracia europea ha de ser percibida por los ciudadanos, ha de entrar en nuestras casas y tocarnos de pleno.
Existe un pensamiento, y me incluyo en él, que nos hace ver más importante, por ejemplo, la política nacional, autonómica o local, que la política europea. Este pensamiento se puso de manifiesto en diversos países, en los que la alta abstención en referéndums sobre la “Constitución Europea”, dio a entender el desapego de una importante parte de la población por estos temas europeos. Pienso que, simplemente, porque la política nacional, autonómica o local, la vemos más cercana, de una aplicación más directa, pero este pensamiento ha de cambiar.
La Unión Europea necesita una Constitución clara y comprensible, que determine los derechos y obligaciones de los ciudadanos europeos y que fije las funciones de los órganos.
Debe ser una Constitución que ponga de manifiesto valores democráticos que favorezcan la diversidad, ya que Europa, es una unión de lo más variada, como hemos visto en nuestra ensalada. Estos valores deben crear tolerancia frente a otras personas o culturas, luchar contra el etnocentrismo, que seamos diferentes no nos hace mejores, convencer a los ciudadanos de la idea europea e involucrarlos en ella.
Es muy importante el aprendizaje de las lenguas extranjeras en la edad escolar, por ello cada vez más, las leyes educativas de los distintos países miembros, incluyen más factores para favorecer estos aprendizajes, como en el caso de nuestra joven “LOE” española.
Nunca anteriormente Europa estuvo tan unida, ni tuvo el bienestar que se ha alcanzado en los últimos años (previos a la crisis). Para llegar a esto, se ha tenido que trabajar, y se sigue trabajando para repartir solidariamente las tareas y los recursos entre todos los países miembros.
Los objetivos inmediatos de la “Unión Europea” son luchar contra el desempleo, proteger el medio ambiente, conservar la naturaleza y luchar por la perdurabilidad del ecosistema.
Europa debe mostrarse unida en todas las materias para favorecer el concepto de identidad propia, especialmente en:
- Una Constitución Europea concisa y comprensible, que acepten los ciudadanos.
- Formación continuada de la ciudadanía de la unión.
- Política económica, monetaria, social y ambiental que cree empleo.
- Política educativa y cultural que nos forme como europeos.
- Fomentar el plurilingüismo, para entendernos entre nosotros.
- Política común en el mundo.
Tras elaborar y desarrollar las características de la identidad europea, ya nombradas en este resumen, la carta concluye reclamando a los ciudadanos europeos una comprensión de que la “Unión Europea” es un nuevo tipo de comunidad humana que ensancha su libertad de modo significativo.
¡Tomates, lechugas, zanahorias y pepinillos de Europa!, ya no estamos solos, podemos mezclarnos y dar sabor a un continente que tiene muchos sabores que pueden y deben contrastarse en un plato común.
2 comentarios:
Absolutamente importante lo que decís. Ustedes están en otra esfera de lo que tal vez estemos nosotros.
Cualquier persona sensata, junto a otra persona también sensata, logran y promueven mínimas concesiones, acuerdos, por los que partir y emprender. Dos personas haciendo un trabajo es más que una sola haciendo lo mismo, he ahí el poder de un acuerdo.
¡Un saludo, desde el otro lado del charco!
Así es Addax, un abrazo para tí, y feliz navidad.
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