Primero blandió unos tomates en un mitin para valorar la resolución del caso Haidar y sus supuestas consecuencias para los agricultores. Luego se vistió de cocinero en un comedor social para felicitar el año de la crisis a quienes menos motivos tienen para celebrarlo. Ayer, Mariano Rajoy se apuntó a la cola del paro para hacerse una foto y prometer un despido barato desde las páginas del diario El Mundo.
Su gusto por la localización de exteriores para ambientar su mensaje político llevó al presidente del PP a servirse de una oficina del Inem cerrada para hacer gestión ficción y prometer que "cuando gobierne bajará el paro". Este anuncio encabeza una entrevista ambientada en la calle que recoge la inusual imagen de un líder político dejándose fotografiar frente a la veintena de personas que esperan a que abra la oficina del paro.
En el making of de la entrevista, que El Mundo colgó ayer en su web, Rajoy despide un entrecortado diálogo con uno de los parados que esperan su turno con un circunstancial "mucho ánimo" y un gesto que cualquier técnico en comunicación no verbal calificaría de distante.
Con esa puesta en escena, Rajoy apunta en la entrevista su fórmula para recuperar la economía y el empleo: "Soy partidario de un nuevo contrato que contemple una menor indemnización por despido". La receta del PP contra la crisis se completa con su disposición a "congelar el sueldo de los funcionarios". Es urgente una reforma laboral", advierte el líder conservador sin concretar detalles porque "no me corresponde como líder de la oposición", aunque apunta maneras de corte ultraliberal: "Terminar con el monopolio del Inem" y flexibilizar la negociación colectiva.
La "demagogia barata"
Analizando la coyuntura económica frente a una cola del paro, Rajoy achaca a Zapatero una "demagogia barata" por desmarcarse de las propuestas del PP aduciendo "problemas ideológicos".
Su repaso de cuatro páginas al día a día político busca ambientación en otros dos escenarios, el Congreso, donde se muestra confiando en que aumente la ventaja que conceden al PP las encuestas, y la fachada de la sede de su partido, lugar en el que la corrupción ligada a las siglas conservadoras se convierte en protagonista: "Maldita la gracia que me ha hecho" el caso Gürtel, reconoce Rajoy.
"¿Pondría la mano en el fuego porque el PP no se ha financiado a través de esa trama?", pregunta El Mundo. "En lo que yo conozco, sí", responde Rajoy. "¿Tampoco a nivel regional?", replica el entrevistador. "Yo creo que no, pero claro, yo no sé lo que puede hacer un Ayuntamiento en un sitio o en otro. Eso es muy complicado, pero yo creo que no", se limita a sortear el líder del PP que admite tener "algunos defectos muy chungos", aunque apunta uno publicable: "Mi mayor defecto no es, desde luego, mi falta de autoridad", apunta sin que nadie previamente le haya preguntado por ella.
Visto en PÚBLICO - 11/01/2010 08:00
0 comentarios:
Publicar un comentario