jueves, 6 de mayo de 2010

¿Cumplió Fabra el protocolo de trasplantes?

Fuentes del Hospital 12 de Octubre de Madrid manifiestan "serias dudas" sobre cómo se ha procedido en la operación a la que se sometió a mediados de abril el presidente de la Diputación de Castellón y que se produjo justo un mes después de que dimitiera como consejero de Sanidad su yerno Juan José Güemes.

El episodio, cuanto menos, resulta sospechoso. El presidente de la Diputación de Castellón, el popular Carlos Fabra, fue sometido el pasado 22 de abril de madrugada a un trasplante de hígado en el Hospital 12 de Octubre de Madrid. La operación la realizó Enrique Moreno González, Premio Príncipe de Asturias y uno de los cirujanos con más renombre del panorama médico español, el mismo, por cierto, que realizó otro trasplante hepático al cantante Raphael.
Fabra delegó de sus funciones en la diputación de manera indefinida al vicepresidente primero, Francisco Martínez, justo un día antes –el 17 de marzo- de que su yerno Juan José Güemes (casado con Andrea Fabra, diputada nacional del PP e hija del dirigente valenciano) dimitiera de su cargo como consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Su traslado a la capital fue inmediato y en los días posteriores se empezó a gestionar la operación quirúrgica. En poco más de treinta días los trámites estaban resueltos.
El asunto ha sido comentado en los últimos días en algunas páginas digitales del ámbito sanitario como Acta Sanitaria, donde se apuntan ciertas sospechas al modo de proceder en el trasplante hepático a Fabra y se pone sobre el tapete la posibilidad de que ello haya podido determinar la fulminante salida de Güemes.
Pues bien, fuentes del citado hospital han manifestado a nuevatribuna.es tener “serias dudas” sobre cómo se ha procedido en la operación realizada a Fabra, y ya no sólo por cómo se ha gestionado en este caso la lista de espera y la posibilidad de que se la haya saltado, sino también y principalmente por el hecho de que el trasplante no se hiciera en el Hospital de la Fe de Valencia, donde hubiera sido lo natural, siendo como es este centro hospitalario (como lo es también el 12 de Octubre) uno de los mejores de España en trasplantes.

”ESTABA CONTRAINDICADO”

Al parecer, las listas de espera son fáciles de manipular. En puridad, sólo se necesita un informe médico favorable para proceder a un trasplante de manera inmediata que puede determinar que el paciente entre por la vía de urgencia. El facultativo es el que avala todas las decisiones y en el caso de Fabra “ni desde el punto de vista económico, político o profesional se justifica que haya sido operado en Madrid en lugar de en Valencia”, afirman.
Sin embargo, la razón por la que no se sometió a la operación en el Hospital de la Fe y siempre según las fuentes a las que hacemos referencia, fue porque “estaba contraindicado para recibir el trasplante”. Es decir, Fabra no tenía indicaciones médicas favorables, no cumplía los parámetros adecuados, en definitiva, no era apto para proceder a la operación. Estas consideraciones se determinan en función de otras patologías o enfermedades paralelas. Para entendernos, si una persona tiene un cuadro clínico adverso (cáncer en otros órganos, metástasis, poca esperanza de vida o avanzada edad) es lo que determina la contraindicación, en cuyo caso ya no depende del criterio del médico que lleva al paciente. Y aún así, en el caso de Fabra, se realizó el trasplante hepático. ¿Por qué?

EL CIRUJANO LLAMADO ‘DIOS’

El papel que haya podido jugar en este asunto el eminente cirujano Enrique Moreno González determina en buena medida que la operación se llevara a cabo. Las polémicas rodean a este doctor, no por su profesionalidad que nadie pone en duda –se ha ganado a pulso el apodo de “Dios”- sino por las polémicas surgidas en torno a su figura. La Comunidad de Madrid aprobó un decreto ‘ad hoc’ para que siguiera trabajando a pesar de haber superado la edad de jubilación. Es el llamado decreto de los eméritos, la fórmula legal para que siga ejerciendo, en teoría sin responsabilidad directa.
Pero el caso de este cirujano es distinto. De él se dice que “ha operado a quien nadie operaba”. Ha tenido problemas con el Comité Ético que dimitió en bloque por serias desavenencias con él. Cuando ocurrió el episodio del Severo Ochoa, Enrique Moreno se posicionó claramente a favor del entonces consejero Manuel Lamela y en contra del Luis Montes. “Es muy poderoso. Ha creado un servicio en el 12 de Octubre a su medida. Se salta a la torera las normas. Se le han consentido muchas cosas”, señalan estas mismas fuentes. “Su vinculación con el PP de Aguirre es evidente”, añaden.

”¿CHANCHULLO? ¿ENCHUFE?”

A esto se une la polémica con su propia familia. En el Hospital 12 de Octubre es vox populi el enfrentamiento con su primera esposa y sus hijas, una de ellas casada con otro cirujano al que Enrique Moreno metió en su equipo. El “yernísimo”, le llaman. Hasta tal punto que se llegó a montar un rifirrafe familiar a la vista de todo el mundo, en la misma planta de cirugía después de que Moreno tuviera un affaire con una mujer mucho más joven que él con la que ha tenido un hijo. Las ‘vendettas’ familiares son como un culebrón y su ex mujer no le perdona.
Pero al margen de problemas familiares y sin poner en discusión su profesionalidad y su excelencia a la hora de coger el bisturí (realiza muchísimas operaciones, se tira horas y horas en el quirófano y siempre está disponible) lo que se le critica fundamentalmente es que actúa al margen de todo y de todos. “Hay pacientes que sólo ve él”, se asegura desde el 12 de Octubre, donde también denuncian la “desorganización” del servicio y la falta de control de recursos.
Y a la par, estas mismas fuentes también manifiestan su desconcierto por la actuación de Juan José Güemes, cuya precipitada dimisión algunos achacan a este episodio con el propósito de “reducir –dicen- el impacto de la noticia” (el trasplante de su suegro). Otras voces son aún más contundentes y califican de “chanchullo” y de “enchufe” por parte del ex consejero la operación de su suegro.

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